martes, 24 de mayo de 2011

EL BOTÓN, LA CREMALLERA Y EL VELCRO

           
 EL BOTÓN

            El botón fue objeto de adorno antes de ser utilizado como instrumento de cierre, los mas viejos que se han encontrado y que aún se conservan, tienen mas de 4.000 años de antigüedad, consistentes en porciones de conchas de moluscos, de forma circular o triangular, con orificios por donde se supone iban cocidos a la ropa. En Grecia y Roma clásicas se usaban botones de conchas, maderas, marfil huesos y otros materiales, pudiendo tener incrustaciones de oro y perlas. Con el tiempo el botón se fue refinando más, se usaba mas de adorno que otra cosa. Algunos vestidos de finales de la Edad Media podrían llegar a tener 200 botones, incluso en 1520 el Rey de Francia Francisco I encargo 13,400 botones de oro para un vestido de terciopelo negro.

En la Europa del siglo XIII, l moda comenzó a cambiar , y se empezaron a usarse prendas mas ajustadas al cuerpo, hasta la aparición del ojal, que es cuando su función era unir.

Hoy en día se fabrican en serie y normalmente de plásticos, caucho y algún que otro metal.



LA CREMALLERA, Apretar los dientes, que gran invento,

La cremallera supuso una liberación de algunas fastidiosas prácticas, que era abrocharse mas de 20 o 30 botones de botines o botas. Sin embargo, no fue un invento puntual, sino la evolución de una idea que exigió al menos veinte años de intentos.

La primera patente de un cierre con grapas para zapatos es de 1893.

El diseño casi definitivo llegó en 1914, que corresponde con una patente del ingeniero Gideon Sundback que ideó una cremallera con dientes, sin ganchos, como se usaba antes, el inventó se extendió durante la primera guerra mundial incorporándose en los monederos de los soldados, así como en paracaídas y petacas de tabaco.

Como dato mencionar que 5 millones de euros es lo que actualmente ingresa la compañía japonesa YKK, líder mundial en la fabricación de cremalleras, que posee mas de 250 fábricas repartidas en 70 países.



EL VELCRO

            En 1948 el ingeniero suizo George de Mestral volvió del campo con los pantalones llenos de semillas de xan-thium spinosum, una planta que no en vano se llama arrancamoños o agarramoños, a ver lo bien que esas semillas se fijaban a la ropa, las observo con una lupa y se percató de que estaban llenas de ganchitos. De aquella anécdota surgió la idea del velcro, sistema que patento el 13 de septiembre de 1955.


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