lunes, 6 de octubre de 2008

MIGRACIÓN DE LA VID



¿ALGUIEN BEBERÁ CHAMPÁN FRANCÉS DENTRO DE 50 AÑOS?


Si las temperaturas de la tierra siguen subiendo, a finales de siglo el mapa vinícola del mundo podría ser muy diferente. Quizás haga demasiado calor en una de las zonas vinícolas más importantes de Francia para cultivar vides y obtener de ellas su vino espumoso, pero tal vez el sur de Inglaterra, donde reine un clima apropiado para la vid, dé cosechas deliciosas.

Muchos estudios predicen un cambio espectacular en áreas donde los viñedos se agotarán, o donde prosperarán. Si las temperaturas siguen aumentando, a finales del siglo XXI, en lugar de visitar el tórrido valle californiano de Napa, los enófilos de Estados Unidos podrían ir al norte y al oeste, a la costa del Puget Sound y a la Columbia Británica, o al este, a Ontario.

Las prediciones se basan en el hecho de que cada variedad de uva prospera en un nicho climático reducido. El lento pero constante aumento de la temperatura de los últimos años ha hecho que muchas regiones vinícolas tradicionales ya estén cerca del límite de sus condiciones óptimas, dice Gregory Jones, quien estudia el efecto del clima en la agricultura.

Algunos viticultores españoles ya plantan en altitudes más elevadas, al pie de los Pirineos. Alemania, cuyos vinos blancos se dan en climas fríos, ya produce tintos propios de climas más cálidos.

El cambio climático puede hacer que empeore la calidad de los vinos. El presidente de la Academia del Vino y del Congreso Mundial de Cambio Climático y Vino, Pancho Campo, ha asegurado que la variación en el clima no hará que desaparezca la viticultura, aunque un aumento de las temperaturas puede mermar la calidad de los caldos. 


Fernando Zamora ha señalado que el cambio climático "puede ser perjudicial para algunas zonas" pero puede favorecer a otras, si bien en la mayoría de los casos el calor es negativo porque hace que se llegue al grado de alcohol de la planta antes de que ésta haya madurado, por lo que "obliga a vendimiar antes de tiempo y se pierde calidad".


Además, ha explicado que los efectos más habituales por el calor son el exceso del grado alcohólico, que hace que se avinagre el caldo, que aumente el PH del fruto y se pierda color, o que se originen nuevas plantas que mermen la calidad del producto final


Manuel López Alejandre he recordado que el aumento de temperaturas está generando problemas graves en una variedad vinícola "única de Andalucía occidental" como es el fino o la manzanilla.


López alejandre ha asegurado que en las bodegas "cuesta mucho" que en las barricas superiores se pueda producir este fino, ya que el calor hace que se elimine la levadura de flor "que es el principal componente" para crear estos vinos.

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1 comentario:

Unknown dijo...

Bien esos links haciendo referencia mismo tema...

Saluditos hermanasso