jueves, 18 de septiembre de 2008

EL BOSTEZO






La mandíbula se tensa, la boca se abre e inspira una gran cantidad de aire. Luego sigue una rápida espiración, acompañada por una sensación de bienestar. Un gesto tan cotidiano como incomprendido por la ciencia. Comer, hablar, mirar... muchas de las acciones que se hacen a diario tienen una función obvia. No es el caso.

"Ver un perro o un caballo bostezando me hace sentir que todos los animales están construidos con la misma estructura". Así expresaba Charles Darwin en sus notas de 1838 la universidad del ademán. Causado por el cansancio, el aburrimiento o la digestión, aparece prácticamente en todos los vertebrados, lo cual sugiere un origen muy antiguo; probablemente se remonta al ancestro común de todos estos seres vivos. La supervivencia del bostezo, prácticamente inmutable durante millones de años, indica que debe tener una función evolutiva fundamental. De hecho, los fetos humanos de 15 semanas ya lo experimentan. ¿Sirve para "enfriar el cerebro"? ¿Para despertar la atención? ¿O más bien está relacionado con la excitación sexual?. Hasta ahora no se han encontrado respuestas definitivas.

Abrir la boca involuntariamente desencadena un verdadero torbellino de señales bioquímicas en el cerebro. La dopamina, la oxitocina, la acetilcolina, la serotonina o la hipocretina son algunas de las sustancias que intervienen en el complejo e incomprendido proceso neuronal que se activa cuando bostezamos. La dopamina, en concreto, parece jugar un papel crucial. Efectivamente, esta sustancia escasea en el cerebro de los enfermos de Parkinson, que también presentan una casi total desaparición de ese comportamiento. Algunos fármacos que alivian el mareo en los viajes inhibiendo la acetilcolina también reducen de forma notable su frecuencia. Finalmente, los científicos han detectado la aparición de hormonas sexuales y sustancias opioides durante el proceso. Las primeras podrían estar relacionadas con las erecciones que a veces se producen entre los hombres, mientras que las segundas atenuarían nuestra capacidad de reaccionar, convirtiendo el bostezo en algo imposible de parar.

Conducir, leer, esperar, viajar en transporte público... las actividades monótonas y repetitivas son las situaciones en las que nos asaltan con mayor frecuencia, otras ocasiones que favorecen esta manifestación no parecen mas complejas: los momentos antes de acostarse y los que siguen al despertar, la sobremesa de una comida abundante, las horas de ayuno o el mareo en los viajes. Ninguno de estos escenarios parece justificar la complejidad cerebral y la permanencia milenaria del bostezo.

PARECE QUE LA MAQUINARIA CEREBRAL QUE DESENCADENA EL BOSTEZO SE ACTIVA ANTES DE UN ACONTECIMIENTO IMPORTANTE, EN CONCOMITANCIA CON UN ESTADO DE ALERTA Y VIGILANCIA.

Las circunstancias anteriormente mencionadas se dan también en el mundo animal.


CINCO SEGUNDOS DE ALIVIO

Es lo que dura por termino medio un bostezo, que en sus manifestaciones más extremas afecta a todo nuestro cuerpo, desde la cabeza a los pies. Es el fenómeno llamado pandiculación.

  • OJOS. A menudo se produce lagrimeo.
  • BOCA. Primero se alarga para realizar una profunda inspiración. Tras una pausa en el flujo de aire (el acmé), tiene lugar la espiración.
  • CABEZA. El bostezador la echa hacia atrás.
  • OREJAS. Pueden experimentar una leve obstrucción.
  • FARINGE. Multiplica hasta cuatro veces su diámetro.
  • CORAZÓN. El latido cardiaco se acelera un 30%.
  • BRAZOS Y PIERNAS. Se estiran en el típico gesto de desperezamiento.
  • PENE. A veces, los hombres experimentan una erección.


1 comentario:

Unknown dijo...

Que te parece este articulo.....

http://ngenespanol.com/2008/07/29/objetivo-la-tierra/

Es de la pagina del national geograohic en español